Una mirada de mujer sobre las políticas públicas

Una mirada de mujer sobre las políticas públicas

Querida amigas, queridos amigos, decidí hacer este evento en Nuevo León, agradeciendo una invitación de Cristina Díaz, porque quiero honrar una ausencia presente. Van a decir: ¿cómo es posible que haya una ausencia presente?, así es, esta intervención se la dedico, porque donde este, está aquí presente, a María Elena Chapa.

Hay dos entrañables amigas que hoy no nos pueden acompañar físicamente, pero que su visión, su compromiso, su liderazgo, especialmente el de María Elena Chapa, ha trascendido su vigencia en el mundo terrenal y ha incidido en la conformación de pensamiento de las mujeres de nuestro tiempo; pero hay otra mujer registrada en la cantera de la historia de la participación femenina, también pionera y también neolonesa, Doña Margarita García Flores. Yo tuve el privilegio de contar con la amistad de otra mujer Dirigente, comprometida con el movimiento obrero, mi amiga y compañera, Minerva Torres Villanueva, que también se nos adelantó.

Pero, lo importante, queridas amigas, queridos amigos, es que para quienes entendemos la vida como un ciclo continuo, en donde la muerte forma parte natural de la existencia de los seres humanos, sabemos que tenemos que recoger la estafeta, sabemos que lo que debemos es darle continuidad a la huella histórica de quienes transformaron la realidad y, por eso, frente a Ustedes y en honor a la “Chapita”, a María Elena Chapa, como muchas le decíamos, quiero plantear en Guadalupe y se llama Guadalupe ¿eh?, un nombre femenino y simbólico para nuestro país, con una Alcaldesa, frente a otras Alcaldesas, frente a Diputadas Locales, frente a Diputadas Federales, frente a mujeres que hacen la economía como Empresarias, frente a Amas de Casa, quiero plantear mi propuesta para las mujeres de México, si es que tengo oportunidad de alcanzar la postulación por la Alianza que se componga entre partidos y sociedad civil y proponerle a la sociedad mexicana cuál es mi visión sobre la participación de las mujeres en el país y, particularmente, sobre la obligación de las Políticas Públicas para respaldar a las mujeres.

Mi propuesta, es que cada uno de los candidatos, de los aspirantes a candidatos por la Alianza, tenga el compromiso de presentar su plataforma de equidad para la mujer, me parece esencial que dejemos de hablar en abstracto sobre los compromisos con las mujeres y seamos capaces de identificar cuáles son las Políticas Públicas que realmente abonan para la igualdad.

Mi propuesta, es que las mujeres de México obliguen a los candidatos de todos los partidos a presentar su plataforma para la no discriminación de las mujeres y para la equidad de género. Hemos logrado avanzar, de manera significativa, en el aspecto Político, pero no hemos tenido la misma habilidad para avanzar en el aspecto económico y social.

En materia Política, gracias al movimiento feminista, gracias a los compromisos de muchas mujeres en nuestro país, gracias a la Alianza de todos los partidos, pudimos lograr la paridad en el Congreso de la Unión, eso se dice fácil, queridas amigas, pero algunas de Ustedes fueron Diputadas Locales cuando solo había una Diputada Local en el Congreso, que nos invitaban más para llenar de colores el pódium que para que ejerciéramos nuestra visión, teníamos un papel más simbólico que real.

Algunas de Ustedes, si hablan con sus abuelas, con sus madres y les preguntan ¡oye abuelita! ¿tú por qué no fuiste a la universidad?, les contará que cuando ellas eran jóvenes, las mujeres no iban a la Universidad y mucho menos tenían la posibilidad de acceder a posiciones de responsabilidad pública. Ese cambio vertiginoso, que es un cambio que transforma medularmente a la sociedad, tal vez sea la transformación cualitativa más importante de la sociedad occidental en los últimos dos siglos.

Por eso, mencionar a Doña Griselda Álvarez, no es gratuito, es darle un reconocimiento a la primera Gobernadora del país, que fue pulcra, que fue austera, que fue honrada, que hizo un gran Gobierno local y, con eso, prestigió las posibilidades de las mujeres de arribar al Poder Ejecutivo.

Esta transformación cualitativa, queridas amigas, de participación de las mujeres en la Política, se ha dado en México de 1953 para acá, ni siquiera llevamos 100 años, ¡de 1953 para acá!, en 80 años, de votar por primera vez a tener la mitad de las Diputadas Federales, la mitad de las Senadoras, a tener paridad en el Congreso, al haber establecido en la legislación la obligación de los partidos de postular candidatas a Gobernadoras; al haber logrado conmover a la estructura de la Función Pública para que, en la Administración, haya un 50% de mujeres, haya equidad.

Cuando yo sea candidata a la Presidencia, cuando una semana antes de las elecciones anuncie mi gabinete, habrá el 50% de posiciones en las Secretarías de Estado, pero no por mi convicción de la necesidad de realizar acciones afirmativas, no solo por eso, sino por mi certidumbre de que la mente femenina, si tiene acceso a la capacitación, a la educación, a la ilustración, desarrolla plenamente todo su potencial y porque existen mujeres en México capacitadas, en todos los órdenes de la actividad y que son mujeres de excelencia.

Porque lo que requiere la sociedad mexicana es Gobiernos eficaces, no se trata de lideres iluminados, no se trata de lideres carismáticos, se trata de Gobiernos que sirvan, que sean eficaces, se trata de saber gobernar.

Pero, así como hemo avanzado en la actividad Política, en el ascenso y el acceso al Poder, no hemos tenido el mismo ritmo, la misma velocidad, la misma intensidad, para transformar la realidad social de las mujeres. No hemos logrado erradicar la violencia de genero hacia el interior de las familias, no hemos logrado desterrar la cultura machista en las relaciones interpersonales. Que bueno que las nuevas generaciones nos estén dando lecciones, que bueno que las jóvenes y los jóvenes estén viviendo una nueva realidad.

No hemos logrado transformar a plenitud las condiciones generales de trabajo, no hemos logrado que se aplique verdaderamente la legislación laboral de: “a trabajo igual, salario igual”, no hemos conseguido que las mujeres campesinas tengan respaldos específicos para sus actividades productivas.

No hemos resuelto adecuadamente los litigios civiles, cuando está en disputa en el divorcio la custodia de los niños, no hemos garantizado que las pensiones alimentarias lleguen a tiempo cuando una mujer se acaba de divorciar.

Tenemos que transformar la realidad social, no es suficiente transformar la realidad Política y si una mujer que tiene acceso al Poder político, no se compromete con las mujeres, la verdad, es que está traicionando a las mujeres.

Por eso, el día de hoy, quiero proponerles algunas iniciativas para que las enriquezcan, queremos hacer una gran consulta nacional con las mujeres de todos los partidos políticos, de todas las organizaciones sociales, una gran consulta nacional plural para el Programa de Igualdad de Género que vamos a encabezar si tengo el privilegio de llegar a la Presidencia de la República.

Tenemos que vencer las dimensiones de la desigualdad, la desigualdad económica; las diferencias que existen entre niveles de ingreso; entre posesión de activos; entre estándares de vida y de empleo;  la desigualdad social, las diferencias derivadas de la discriminación social por razones de clase social, de religión o de edad; los desequilibrios a los acceso de las Instituciones educativas, a las Instituciones de salud, de procuración de justicia y, ¿porque no?, también de readaptación social y los desequilibrios en el acceso a diversos niveles de Seguridad Social; la desigualdad cultural, discriminaciones basadas en el género, en la etnicidad, en la discapacidad y otras identidades compartidas en la opción y la libertad sexual, ya sea socialmente construidas o auto determinadas; la dimensión espacial, disparidades espaciales y regionales entre centros y periferias, entre áreas urbanas y rurales, entre regiones con mayor o menor diversidad de recursos.

Cuando falta el agua, ¿quién padece más?, las mujeres.

Si no hay agua para satisfacer las necesidades del hogar, ¿quién se angustia más?, las mujeres.

Si en la ranchería no hay agua para satisfacer las necesidades humanas, ¿quiénes se ponen el malacate sobre los hombros y las cubetas para ir al manantial o al río?, las mujeres.

Una Política hidráulica correcta, con niveles suficientes de recursos que satisfagan la necesidad de agua para todas las actividades de la sociedad humana: las de sobrevivencia, las económicas, las de higiene, las de producción industrial y agropecuaria, es indispensable. Vamos a volver a crear la Secretaría de Recursos Hidráulicos y le vamos a dar, a la Política hidráulica, la importancia y la jerarquía que tiene en nuestro país y que tiene para los Estados del norte de nuestro país.

La desigualdad ambiental, para que las mujeres no padezcan los riesgos de la exposición a contaminantes y otros peligros ambientales.

La igualdad que abata la desigualdad en el acceso al conocimiento.

Vamos a plantear Políticas horizontales con visión de género y ¿eso que quiere decir en lenguaje comprensible?, que todas las áreas gubernamentales tendrán que revisar cuáles decisiones de sus Políticas Públicas inciden en discriminación, tendrán que revisar qué medidas de acción afirmativa tendrán que hacer en sus Política Públicas por área.

Voy a proponer una gran transformación en la organización del mercado laboral, voy a invitar a los Empresarios y a las Empresarias, para que juntos resolvamos cuestiones que no son sencillas, pero habrá estímulos fiscales para lograrlas.

¿Por qué, si las mujeres necesitan llevar a sus hijitos a la escuela, las mujeres tienen que entrar a las 7:00 de la mañana si sus hijitos entran a las 8:00 de la mañana a la escuela?

¿Por qué, no podemos hacer un gran acuerdo con el sector laboral y diferenciar los horarios?

Tenemos que hacer un reacomodo de la vida social a partir de que las mujeres están incorporadas al trabajo y si me dicen, los Empresarios, “pero es que prorrogar la labor, la jornada laboral, dos horas más, significa gastar más luz”, para eso debe haber estímulos fiscales.

Pensemos en la reorganización del mercado laboral en todas las áreas donde trabajan, preponderantemente, mujeres.

Pensemos en el compromiso del Infonavit para que, en todas las áreas donde haya unidades habitacionales, especialmente de mujeres trabajadoras, en la unidad habitacional, en el momento de construir la unidad habitacional, en el momento de habilitar la unidad habitacional, se construya, al mismo momento, una estancia infantil. Apoyemos la existencia suficiente de estancias infantiles, sea en las áreas habitacionales de las mujeres trabajadoras o sea en los parques industriales, para que la mujer trabajadora, inmediatamente saliendo de su casa, pase a dejar al niño a la estancia infantil o para que la mujer trabajadora antes de llegar a la fábrica pase a dejar al niño a la estancia infantil.

Multipliquemos las escuelas de tiempo completo. Las escuelas de tiempo completo son la mejor alternativa de Política Social en el Sector Educativo, garantizamos la nutrición de los niños y garantizamos la posibilidad de mayor tiempo permaneciendo en la escuela, con mayor tranquilidad para los padres de familia y mayor oportunidad de aprendizaje.

Vamos a replantear la estrategia de seguridad laboral, incorporemos a las mujeres, a las mujeres trabajadoras a los Comités mixtos de seguridad en la planta para tener la certeza de que no haya riesgos laborales para las mujeres y compartamos la posibilidad de la prestación social por maternidad y por paternidad responsable, que lo diga la legislación, pero, sobre todo, que sea una práctica cotidiana.

En este momento, las mujeres de nuestro país, que son las encargadas de administrar el gasto familiar, están absolutamente angustiadas por la inflación, el crecimiento de los precios de los productos básicos, ¿a quién golpea más?, a las mujeres, las mujeres tienen que lograr que el ingreso familiar alcance para poder satisfacer las necesidades de su familia.

¿Quiénes sacrifican más la decisión de adquirir bienes suntuarios cuando el dinero no alcanza?: las mujeres, las mamás se dejan de comprar zapatos, las mamas dejan de renovar su guarda ropa, muchas veces las mamás no van al médico porque las medicinas están muy caras, ustedes saben que muchas veces las mamás prefieren estar medio enfermas para que el dinero alcance para sostener a la familia.

En ese sentido, tenemos que hacer una vigorosa Política Económica que no se equivoque y que piense en la realidad familiar, una vigorosa Política Económica y resolver las cadenas de abasto de los satisfactores esenciales y una gran Política Agropecuaria que le garantice al país la producción suficiente de alimentos o la complementación de los mismos a través de una Política Comercial Internacional inteligente.

Pero también tenemos que generar grupos de abasto, también tenemos que generar cooperativas de abasto, necesitamos conectar a los productores con los consumidores, ¡directo! Muchas veces, la producción de frijol en Nayarit, en Durango y en Zacatecas, no encuentran mercado. Muchas veces, el frijol, en los centros urbanos, multiplica sus precios al infinito y ¿por qué no hacer cooperativas de mujeres productoras que limpien el frijol, lo embolsen y tengamos la conexión con los grandes consumidores?, ¿por qué no acercarnos a la economía real? Necesitamos hacer circuitos regionales de economía real, que permitan que las mujeres tengan mejores condiciones de defender el magro ingreso de sus maridos o de ellas y que las mujeres que son cabeza de familia tengan como salir adelante.

Estamos enfrentando una de las más graves crisis del Sistema de Salud Pública en nuestro país, por primera vez en muchos años, ha habido, en tres años consecutivos, un desabasto de medicinas, de medicamentos, en las clínicas de las Instituciones públicas de salud; por primera vez, en muchos años, los medicamentos han multiplicado sus precios de manera exorbitante. Tenemos que hacer un replanteamiento de la Política de Salud, recuperar la sabiduría del Sistema de los servicios coordinados de Salud Pública.

Por primera vez, en décadas, no se adquirieron las vacunas a tiempo y hubo niños que no recibieron la vacuna ni del sarampión ni de la polio, solo por ineficacia, solo por tomar decisiones por ideología y no por análisis de la realidad. Nosotros le vamos a dar continuidad a los programas útiles, a los bien implementados y vamos a modificar lo que sea necesario para que haya una adecuada y pertinente Política de Salud.

Tenemos que replantearnos la estrategia de salud a partir de extender la cobertura de Seguridad Social. Los servicios sociales, los apoyos sociales, no son dádivas, son Derechos, son Derechos de los ciudadanos y, lo que son Derechos de los ciudadanos, son obligaciones de las Instituciones. No hay que hacerle creer a la gente que se les dan transferencias directas por razones de caridad o de bondad, es una obligación establecida en la Constitución, así la vamos a preservar y así la vamos a complementar.

Compañeras, amigas, amigos, yo tuve el privilegio de ascender en la Política gracias a la solidaridad de muchas mujeres, al ejemplo de muchas otras y a la inspiración de otras tantas; la solidaridad de siempre de mí amiga María de los Ángeles Moreno, a quien no podría dejar de mencionar; la inspiración de María Elena Chapa con su ingenio, con su valor civil, con su lucha por las causas más difíciles y al ejemplo grandioso de una gran campechana de nuestro país, la primera mujer Senadora, la primera mujer Magistrada, Doña María Lavalle Urbina, que, además de ser una gran política, fue, sobre todo, una gran luchadora.

Gracias a María Lavalle, pudimos instituir un fondo de becas, cuando detecté que el problema más difícil para las niñas que lograban estudiar, era pasar de la Primaria a la Secundaria, que en el nivel de la Primaria, las familias que tenían muchos hijos e hijas y tenían que escoger quien seguía estudiando, se quedaban con la niña en la casa, al fin y al cabo ella se iba a casar, al fin que ella podía apoyar en los trabajos del hogar y mandaban al niño; que, cuando no alcanzaba, a quien le tocaba sacrificarse era a las niñas. Eso no lo podemos permitir, hay que garantizar la continuidad en la pirámide escolar para las niñas y para los niños, tenemos que hacer acciones afirmativas que así lo garanticen y hay que estimular que, en la matrícula universitaria, entren el mayor número de mujeres y hay que respaldar para que las jóvenes universitarias que se casan no dejen de ir a la Universidad, que puedan casarse, tener su vida matrimonial bien establecida y, al mismo tiempo, recibirse, obtener su Título.

El mundo ha cambiado, las condiciones del mercado laboral han cambiado, la realidad de la familia mexicana se ha transformado. Es una familia en donde trabajan el hombre y la mujer, es una familia que ya no tiene el cuarto adicional para que ahí se quede la abuelita, es una familia que ya no tiene los recursos para cuidar a las personas de la tercera generación que ya no pueden tener ingresos. A esa transformación enorme de la familia mexicana, tenemos que respaldarla con una nueva estrategia de Seguridad Social, la conceptualización de la Seguridad Social que vivimos en México, tiene que ver con la realidad anterior de la familia mexicana, tiene que responder en una nueva Administración en el siglo XXI, a la realidad social del siglo XXI y, por eso, no solo se trata de darle transferencias directas a las personas de la tercera edad, se trata de hacer una Política de atención integral de la tercera edad, una Política donde nuestras abuelitas, nuestros abuelos, no sientan que los dejamos abandonados en un rincón, que haya una estrategia de cuidados, de entretenimiento, de respeto y de salud geriátrica para las personas de la tercera edad.

Claro que tenemos que establecer el Sistema Nacional de Cuidados, claro que tenemos que valorar el trabajo que, como cuidadoras, realizamos las mujeres en el seno de nuestras familias. El COVID evidenció que, cuando  hay un enfermo o una enferma, le corresponde principalmente a la mujer de la familia cuidarles, por eso, quiero decirles que estoy estudiando para plantear, con seriedad presupuestal y con certidumbre en los ingresos, el diseñar una pensión para las mujeres Amas de Casa a partir de determinada edad y que se contabilice, para que puedan acceder a esa pensión, el trabajo que han realizado  a lo largo de toda su vida como Amas de Casa, eso significa que el trabajo de las mujeres en el hogar entre a las cuentas nacionales, como parte fundamental de la red de soporte de la sociedad mexicana.

Queridas amigas, el día de hoy apunté algunas de las Políticas Públicas en favor de las mujeres, porque mi aspiración de participación nunca ha tenido que ver con el Poder, por eso no me satisface plenamente, que solo hayamos logrado ensanchar los causes del Poder. Insisto que, si no somos capaces de reflejar un compromiso con las mujeres y con las más vulnerables, quienes tenemos acceso a responsabilidades públicas, le estamos fallando a nuestro género y le estamos fallando a la historia.

Cuando fui una niña yo viví, siendo tlaxcalteca, en una región de Tlaxcala más mestiza y otomí, conocí a las mujeres otomís, su enorme generosidad y, desde entonces, decidí que en la vida yo iba a estar de ese lado, del lado de las mujeres campesinas, del lado de las mujeres indígenas, del lado de las mujeres productoras.

No dejo de ser la vanguardista y comprometida con la Agenda social de Derechos de 5ª generación, soy feminista y como feminista abrazo y me comprometo con las causas feministas, pero eso no me lleva a olvidar mi compromiso con las causas de quienes menos oportunidades han tenido.

En ese sentido, haremos todo un replanteamiento de Política de Desarrollo Rural, para las mujeres campesinas, ejidatarias, pequeñas propietarias y productoras y haremos una transformación radical de las Políticas Públicas para evitar la discriminación y el abuso que, por razones culturales, no justificadas, aunque sean tradición indígena, existen en muchos de nuestros pueblos indígenas. Cualquier apego o reclamo de que hay discriminación por que es tradición oral no se vale, que la tradición persiste y permita que se violen los Derechos de las mujeres, ni en la profundidad de Chiapas o de la Sierra Tarahumara, ni en ningún país de otra área del mundo. Los Derechos de las mujeres, sus Derechos humanos no merecen ser aplastados por la tradición.

Quiero concluir esta intervención, dando lectura a un párrafo de un texto que algunas de Ustedes tienen, quienes no y lo quieran obtener, les ruego nos escriban, yo les pido que nos escriban para hacernos sus sugerencias, para plantearnos cuestiones puntuales, para sugerirnos transformación de Políticas Públicas con visión de género; les pido que les exijamos a todos los candidatos y a todas las candidatas su Agenda de compromisos con las mujeres del país y les pido, sobre todo, que sigan como lo que Ustedes son, mujeres del norte, mujeres seguras de si mismas, mujeres creativas, mujeres entronas, luchonas, que no se rinden.

Yo digo que la historia de las mujeres mexicanas es la historia de quienes no sabemos rendirnos, por eso, aunque reconozco que:

Nos falta mucho por hacer.

Decirle a las cosas por su nombre.

No tener miedo.

Erradicar el oportunismo y las concesiones.

Ser tolerantes, siempre tolerantes.

Y reivindicar, cada vez, en cada momento,

cada vez más,

con un susurro,

con una palabra,

con una canción,

con una consigna,

con un poema,

con una oración,

con un grito,

con un alarido

La Libertad,

La Libertad.

De ser.

De decidir.

De actuar.

De luchar.

De seguir, en esta lucha infinita, recurrente,

siempre infinita, para poder vivir.

Como mujeres.

Como personas.

Como ciudadanas.

Nací en un continente cuya realidad

me abrió los ojos, como alondras.

Me creció el musgo bajo las axilas,

y después de tiempo,

me brotaron alas,

las cantoras de Latinoamérica,

me hicieron conocer la belleza,

sus poetas,

el valor

sus patriotas,

el orgullo

sus injusticias,

la rabia

sus políticos,

la frustración

y su pueblo, su pueblo,

sus pueblos

la alegría, vuelta risa, carcajada o resplandor.

La ternura y la desesperación.

Me brotaron las alas.

Reconozco sus alas.

Las invito, ¡vamos a volar!